La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), más conocida como Rio-92, Eco-92 o Cumbre de la Tierra, fue un hito en la historia de las políticas ambientales globales. Se llevó a cabo entre el 3 y el 14 de junio de 1992, en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil. Este evento reunió a representantes de todo el mundo para discutir y formular estrategias que promovieran un desarrollo que respetara los límites naturales del planeta. La conferencia fue organizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y es considerada hasta hoy la mayor conferencia ambiental jamás realizada.
La elección de Río de Janeiro como sede no fue aleatoria. De hecho, reflejó la creciente importancia de los países en desarrollo en el liderazgo de las discusiones sobre el medio ambiente y el desarrollo. La CNUMAD se llevó a cabo en dos lugares principales: el Riocentro, en la Zona Oeste, y el Foro Global en el Aterro do Flamengo, en la Zona Sur. El Riocentro fue transformado en un pequeño centro urbano, equipado con seguridad reforzada y servicios médicos para los participantes, mientras que el Foro Global funcionó como un espacio para la amplia participación de la sociedad civil, con miles de ONG involucradas.
Uno de los principales enfoques de la conferencia fue la consolidación del concepto de desarrollo sostenible. Este concepto llama la atención sobre la necesidad de una economía que no solo fomente el crecimiento, sino que también preserve los recursos naturales del planeta para las futuras generaciones.
La CNUMAD puso en agenda una serie de cuestiones ambientales esenciales, incluyendo la relación entre pobreza y medio ambiente, cambios climáticos, biodiversidad, lucha contra la deforestación, preservación del agua, transporte alternativo, turismo ecológico y políticas de reciclaje. Resultó en la producción de algunos documentos, la creación de algunos organismos, y la difusión de un pensamiento más favorable a la preservación del medio ambiente.
Antecedentes de la CNUMAD
Los antecedentes históricos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo reflejan una evolución significativa en el pensamiento ambiental global. Hasta la década de 1970, la percepción predominante era que los recursos naturales eran inagotables y podrían ser explotados indefinidamente para fomentar el crecimiento económico. Sin embargo, esta visión comenzó a ser cuestionada a medida que los impactos negativos de la industrialización y del uso descontrolado de recursos se hicieron evidentes.
El cambio de perspectiva respecto al medio ambiente y al desarrollo sostenible comenzó a ganar fuerza con la publicación del informe « Los Límites del Crecimiento » (Limits to Growth), en 1972. Este documento, también conocido como Informe Meadows, fue respaldado por el Club de Roma, un grupo de pensadores y líderes influyentes fundado en 1968. Alineado con el neomalthusianismo, argumentaba que el crecimiento económico continuo era insostenible, porque los recursos naturales son limitados. Según el informe, el agotamiento de estos recursos podría tener consecuencias devastadoras para la humanidad.
Este debate sobre cómo equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad llevó a la realización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (CNUMAH), en 1972, en Estocolmo, Suecia. La Conferencia de Estocolmo fue el primer gran encuentro de la ONU centrado en el medio ambiente. Reveló un enfrentamiento entre dos visiones principales:
- El preservacionismo, que defendía la intocabilidad de los recursos naturales, sosteniendo que deberían ser preservados incluso si esto significara cero crecimiento económico y poblacional.
- El conservacionismo, que abogaba por el uso consciente y disciplinado de los recursos naturales, garantizando tanto el desarrollo humano como la conservación de los recursos naturales.
Durante la Conferencia de Estocolmo, también se introdujo el concepto de ecodesarrollo por el canadiense Maurice Strong, secretario general de la conferencia. Este concepto proponía un modelo de desarrollo que tuviera en cuenta las necesidades ecológicas y ofreciera una alternativa a la explotación desenfrenada de los recursos naturales.
El avance subsiguiente en la discusión sobre desarrollo sostenible llegó con la publicación del Informe Brundtland en 1987, titulado « Nuestro Futuro Común ». Este informe fue elaborado por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, que estaba presidida por la noruega Gro Brundtland. Definió el concepto de « desarrollo sostenible » como aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Los tres pilares fundamentales de este concepto serían:
- El crecimiento económico (desarrollo).
- La inclusión social (justicia social).
- La protección ambiental (conservación de los recursos naturales).
Esta evolución en el pensamiento global preparó el terreno para la CNUMAD, un encuentro que se realizó en conmemoración a los 20 años que habían pasado desde la Conferencia de Estocolmo.
Participantes de la CNUMAD
La CNUMAD fue un evento de proporciones históricas en términos de participación internacional. Contó con la participación extraordinaria de 179 países, incluyendo la presencia de más de 100 jefes de Estado y de gobierno. Esta amplia participación dejaba claro el reconocimiento global de la urgencia de las cuestiones ambientales y de la necesidad de cooperación en pro del medio ambiente.
Durante la Conferencia, Brasil estuvo bajo los focos internacionales, pero no solo por ser el país anfitrión. De hecho, en aquel momento, Brasil vivía un contexto adverso para la preservación de la naturaleza, teniendo en cuenta el asesinato del activista Chico Mendes en 1988, y el inicio del monitoreo, vía satélite, de la deforestación en la Amazonía — la cual alcanzaba grandes proporciones.
Sin embargo, Brasil adoptó una postura proactiva, en contraste con la posición más resistente de países como los Estados Unidos, liderados en esa época por el presidente George H. W. Bush, conocido como « Bush padre ». El gobierno brasileño rechazó una propuesta del presidente francés Nicolas Sarkozy de crear una organización ambiental dedicada dentro de la ONU. Para la diplomacia brasileña, las cuestiones ambientales debían ser tratadas conjuntamente con el desarrollo sostenible, enfatizando un enfoque integrado que no segregara el medio ambiente de otras cuestiones de desarrollo. Gracias a la actuación de Brasil en la CNUMAD, el país ganó inmenso destaque internacional y obtuvo credibilidad en el ámbito de la diplomacia ambiental.
Además de los Estados, la CNUMAD vio una participación sin precedentes de organizaciones internacionales y agencias regionales. Estas entidades, compuestas por Estados, desempeñaron roles cruciales, proporcionando datos y conocimientos técnicos para las negociaciones y para la formulación de políticas.
Las organizaciones no gubernamentales (ONGs) también tuvieron un papel destacado en la CNUMAD, representando una amplia gama de grupos de la sociedad civil de todo el mundo. Miles de ONGs participaron, trayendo consigo las voces de comunidades locales, grupos indígenas, ambientalistas y muchos otros, que no suelen ser escuchados en debates internacionales. Estas entidades contribuyeron para ampliar el alcance de las discusiones, aportando nuevas perspectivas y experiencias, y para presionar a los gobiernos a adoptar posturas más firmes y comprometidas con el medio ambiente.
Resultados de la CNUMAD
La CNUMAD generó una serie de documentos, acuerdos y órganos que han sido fundamentales para las políticas de sostenibilidad global. Estos fueron los principales resultados de la Conferencia:
- Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo: Incluye 27 principios orientadores para el futuro del desarrollo sostenible. Su Principio Siete, por ejemplo, trata del concepto de « responsabilidades comunes, pero diferenciadas ». Según este, aunque todos los países son responsables de la protección ambiental, los países desarrollados tienen una mayor obligación de liderar los esfuerzos globales debido a su mayor capacidad financiera y tecnológica y a su historial de mayor contaminación. Otro punto importante de este documento es el Principio Quince, que introduce la noción de precaución. Según este, la falta de certeza científica absoluta no debe ser utilizada como razón para posponer medidas que puedan prevenir daños ambientales potencialmente graves o irreversibles.
- Declaración de Principios sobre Bosques: Fue una declaración de intenciones relativa a la gestión, conservación y desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques. Uno de sus aspectos destacados fue el hecho de reconocer el derecho soberano de los Estados a utilizar sus propios recursos forestales, siempre y cuando esa explotación no causara daños ambientales en otras áreas fuera de sus jurisdicciones.
- Agenda 21: Consiste en un plan de acción integral, destinado a ser implementado a nivel global, nacional y local, con el apoyo del Sistema de las Naciones Unidas, del gobierno y de la sociedad civil. Contiene 40 capítulos y 2500 recomendaciones en una amplia gama de áreas, incluyendo la lucha contra la pobreza, el cambio en los patrones de consumo, la protección y promoción de la salud humana y la gestión sostenible de los ecosistemas. Aunque no todas sus recomendaciones han sido implementadas, estableció un estándar de referencia para la concretización del desarrollo sostenible.
- Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC): Fue establecida como un mecanismo para fomentar la cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático. Con base en ella, se realizan periódicamente las Conferencias de las Partes (COP), en las que se han elaborado importantes tratados internacionales, como el Protocolo de Kioto (1997) y el Acuerdo de París (2015).
- Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB): Fue creado para promover acciones sostenibles en relación a la vasta diversidad biológica del planeta, y también dio origen a una serie de COP sobre esta temática.
- Comisión sobre Desarrollo Sostenible: Tras una recomendación de la Agenda 21, este órgano fue creado también en 1992, por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC). Esta Comisión tenía como objetivo permitir la participación de diversos actores (Estados, organizaciones internacionales, ONGs, etc.) en las discusiones internacionales sobre el medio ambiente. Su función principal era monitorear la implementación de las demás decisiones obtenidas en la CNUMAD.
El Legado de la CNUMAD
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo es considerada uno de los eventos más significativos en la historia de las políticas ambientales globales. Su importancia y legado son vastos, porque reflejan un momento en el cual la comunidad internacional reconoció la necesidad de integrar el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental.
El legado de la CNUMAD es extenso y multifacético. En primer lugar, por primera vez, una definición oficial de desarrollo sostenible fue ampliamente aceptada y promovida. Este concepto, considerado innovador en aquel tiempo, enfatizaba que el desarrollo económico no puede ocurrir a costa de la degradación ambiental. En segundo lugar, la Conferencia reforzó la idea de que la sociedad debe actuar conjuntamente (a nivel local, nacional y global) para mitigar los impactos negativos sobre el medio ambiente. En tercer lugar, los documentos aprobados en la CNUMAD dejaron claro que los países desarrollados deberían ayudar a los demás en la transición a tecnologías más limpias y en la preservación de las selvas — aunque los financiamientos para esto no siempre se han cumplido.
Además, la CNUMAD sirvió como un catalizador para el desarrollo de varias convenciones ambientales relevantes, como la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (1994), el Protocolo de Nagoya sobre Biodiversidad (2010) y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático (2015).
La conferencia también abrió el camino para futuros encuentros internacionales sobre desarrollo sostenible, incluyendo la Rio+10 en Johannesburgo en 2002 y la Rio+20 en 2012, en Río de Janeiro. Estos eventos subsecuentes se centraron en la renovación del compromiso con el desarrollo sostenible, actualizando y ampliando los debates y acciones iniciados en la CNUMAD. Por ejemplo, el documento « El Futuro que Queremos », resultado de la Rio+20, destacó la necesidad de una economía verde, en pro del desarrollo sostenible.
Finalmente, la CNUMAD influyó en la formulación, reformulación e implementación de políticas nacionales y locales orientadas a la sostenibilidad. Muchos países adoptaron los principios discutidos durante la Conferencia, integrándolos en sus leyes y haciendo que varios sectores se volvieran más sostenibles.
En resumen, la CNUMAD fue un hito en la historia de la política ambiental global. Las discusiones en ella fueron capaces de unir al mundo en torno a la idea del desarrollo sostenible y de establecer un legado de principios y normas ambientales que continúa en expansión y evolución. Los resultados de la Conferencia reflejan un cambio significativo en la forma en que las cuestiones de desarrollo y medio ambiente se tratan en el escenario mundial.
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